Matriz de procesos ISO 9001 punto 4.4 paso a paso

matriz de procesos

Uno de los requisitos más fundamentales de la norma ISO 9001:2015 es que la organización comprenda, controle y optimice sus procesos. Este enfoque está directamente ligado al punto 4.4, que establece la necesidad de determinar los procesos necesarios del sistema de gestión de la calidad, su secuencia e interacción, criterios de operación y métodos de medición. Para cumplir con esto, la herramienta más clara y práctica es una matriz de procesos.

La matriz de procesos permite visualizar de forma técnica y estructurada cómo funciona el sistema de calidad, qué entradas y salidas tiene cada proceso, quién es responsable de su ejecución y cómo se interconectan dentro de la organización. Si bien la norma no exige un formato específico, en la práctica este documento es solicitado en todas las auditorías y se considera una evidencia clave de madurez del sistema.

¿Qué debe reflejar una matriz de procesos en ISO 9001?

Una matriz de procesos que cumpla con el punto 4.4 debe mostrar claramente cuáles son los procesos que forman parte del sistema de gestión, cómo se relacionan entre sí y qué controles existen para asegurar su funcionamiento efectivo. Es importante que esta matriz muestre más que nombres: debe reflejar entradas, salidas, responsables, indicadores clave, recursos involucrados y, de ser posible, los principales riesgos y oportunidades.

Por ejemplo, el proceso de compras debe estar conectado con el proceso de producción, mostrar que recibe como entrada una requisición o solicitud interna y que su salida es una orden de compra autorizada o una entrega efectiva al área solicitante. Además, debe estar claro quién lo lidera, cómo se mide (por ejemplo, con porcentaje de entregas a tiempo o tasa de devoluciones) y qué riesgos pueden afectar su eficacia.

Cómo construir una matriz de procesos útil y defendible

El primer paso es identificar todos los procesos que realmente forman parte del sistema. No se trata de listar funciones aisladas, sino de reconocer procesos completos que generan valor o aseguran el control del sistema. Normalmente se dividen en tres tipos: estratégicos (como dirección o planificación), operativos (como producción, servicio o ventas) y de soporte (como recursos humanos o mantenimiento).

Una vez definidos, es necesario comprender qué necesita cada proceso para funcionar, qué produce como resultado, y cómo interactúa con otros. Esto permite definir sus entradas y salidas. También se debe asignar un responsable (no un área, sino una persona o cargo), establecer uno o varios indicadores que midan su desempeño y, si es posible, identificar los riesgos asociados a su operación.

Por último, es fundamental representar cómo se conectan entre sí. Esta interacción puede describirse en texto o con un diagrama complementario. Lo importante es que se entienda cómo fluye la información y cómo cada proceso impacta en otros.

Buenas prácticas para documentar la matriz de procesos

Una matriz de procesos no debe ser un documento decorativo. Debe estar bajo control documental, con código, versión, fecha y responsable de revisión. Además, debe actualizarse cada vez que cambie la estructura de procesos o cuando se identifique una mejora que afecte su secuencia o interacción.

Lo ideal es que esté disponible para todos los responsables de proceso, y que se use como herramienta de trabajo, no solo para auditorías. También puede integrarse con el análisis de riesgos, los objetivos de calidad y la revisión por la dirección, facilitando así la alineación del sistema en su conjunto.

¿Qué buscan los auditores en la matriz de procesos?

En una auditoría externa, el auditor evaluará si la matriz representa realmente cómo funciona la empresa. Revisará si están incluidos todos los procesos relevantes, si hay coherencia con lo que indican los procedimientos, si los indicadores coinciden con los reportes de desempeño y si las responsabilidades son claras.

Además, buscará señales de actualización: ¿refleja el documento la realidad actual o está desfasado?, ¿los responsables conocen su proceso y cómo interactúa con otros?, ¿se han definido riesgos y oportunidades asociados?

Tener una matriz actualizada, comprensible y alineada con la operación diaria demuestra control y comprensión profunda del sistema, lo cual se traduce en confianza por parte del auditor.

Ejemplo práctico adaptado a una PYME

Una pequeña empresa de servicios tecnológicos puede tener procesos como: gestión comercial, soporte técnico, desarrollo, compras, calidad, administración y dirección. En su matriz de procesos, puede especificar que el proceso de soporte técnico recibe como entrada una solicitud del cliente y entrega como salida un ticket resuelto. Este proceso se mide por tiempo promedio de atención y satisfacción del cliente. Está relacionado con el proceso de calidad (que gestiona reclamos) y con comercial (que canaliza nuevas solicitudes). El responsable es el coordinador técnico.

Este nivel de claridad permite comprender cómo funciona el sistema de gestión, quién lo opera y cómo se evalúa.

Conclusión

El cumplimiento del punto 4.4 de ISO 9001:2015 requiere más que identificar procesos: exige entenderlos, controlarlos e integrarlos de forma coherente. Una matriz de procesos bien elaborada permite visualizar esta estructura, facilita auditorías y fortalece la operación interna.

No se trata de crear un documento complejo, sino uno útil, técnico y adaptable a la realidad de tu empresa. Si logras que tu equipo comprenda y use esta matriz como herramienta de gestión, habrás dado un paso clave hacia un sistema de calidad realmente eficaz.


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LEM Noel Castro Montaño es CEO de Cubo de Ideas, Director de Operaciones para Citosa Textiles. Asesor de nuevos mercados y estrategias digitales para el segmento Retail. Especialista en marketing para autoservicios y puntos de venta. Especialista en sistemas de gestión de la calidad con enfoque a la ISO 9001:2015

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